2.2.12

La biografía como elogio (y III)

Y una reflexión, para acabar con la obra de Isaacson. Me gusta el género. Me encanta leer una buena biografía; con la excusa de conocer la vida de una persona acabas entendiendo mucho del mundo que vivió. Mucho. Me pasó ya con las vidas de Alejandro Magno, de la Reina Isabel o de Fouché, el genio tenebroso. Lo hago yo cuando cuento historia local: con una excusa nimia, poder contar historias universales. Poder explicar grandes procesos. Porque debajo de los grandes relatos siempre está esa vida, aquel pueblo, aquella persona...

La biografía permite acercarse a la realidad de una manera concreta, huyendo así de estúpidas abstracciones en las que cae uno cuando intenta explicar la historia siguiendo la morralla marxista, que ve sistemas donde sólo hay caos, o que intuye designios donde sólo hay azar. Las personas somos responsables de las cosas que hacemos. Aunque siempre sea más fácil echarle la culpa a misteriosas fuerzas ocultas. Y eso, ante una biografía bien escrita, es indiscutible.

Un buen libro. Un buen género. Adéntrese. No se arrepentirá, desocupado lector.

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