26.2.12

Del magistrado piadoso...

La ejemplaridad. Ya lo he contado aquí alguna vez. El magistrado piadoso, como me contó John The Minor aquel día. El motivo por el que un político ha de ser ejemplar. Ha dimitido un tal Wulff, el dizque Jefe de Estado alemán. Las Repúblicas son bobadas infantiles que insisten en mantener puestos que no valen para nada, como estas supuestas jefaturas estatales. A un Estado sólo lo puede representar un Rey, porque nadie fuera de la Corona está por encima de los vaivenes de la política. Pero esa es otra querella. Resulta que el tío ha dimitido. No hizo nada ilegal, que se sepa, pero tuvo un comportamiento no ejemplar hace unos años. Llegados a este punto, sólo me queda la envidia. En España, la cultura política, tan ajena a la del piadoso magistrado, no entiende lo que se esconde detrás de los procesos a Camps o a Matas; detrás de los enriquecimientos súbitos de políticos mediocres que con el ajustado sueldo que cobran se montan los tíos un torreón, una hípica o varios chalés. Da igual que los absuelvan o que nunca lleguen siquiera a juzgarlos. No son ejemplares. Y lo sabemos. Todos. Pero nos da igual. Callamos y miramos para otro lado. También los medios. Y así nos va. Así os va.

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