22.2.13

Comunicación y política (I)


Acabé el poder político en escena, de Luis Arroyo, cortesía de Tino, el Batera. Un libro que mejora según se desgrana y que es un buen ensayo para acercarse a las estrategias básicas de comunicación política. Pero es irregular, con algunos capítulos muy por encima del resto. Y además es un libro algo tramposo. Ay, ¡mis queridos amigos de izquierdas, siempre tan por encima del bien y del mal! El gran fallo del libro es que no se puede intentar colar  de matute categorías valorativas como si fueran categorías analíticas.  Y eso es lo que hace el autor de manera sistemática: presenta con inocencia la categoría “progresistas” y “conservador” cuando él está claramente posicionado a favor de una de ellas y en contra de la otra. En cualquier caso, un libro bien escrito sobre el que habrá que reflexionar algo más...


PS: un ejemplo de cómo dos categorías que se pretenden analíticas esconden en realidad una carga valorativa brutal. El mensaje es evidente: nosotros somos sapiens analíticos, frente a esos neandertales de la derecha, a los que les da igual ocho que ochenta. 

Juzguen ustedes mismos: “cuando los líderes de opinión progresistas acusan esa tendencia suya a enredarse en los detalles, a atormentarse con los matices y a resultar demasiado elitistas y analíticos, probablemente reflejan una realidad neurológica: su cerebro es más sensible a los matices y está menos necesitado de certezas

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