Cultura
en Madrid. No hay otra ciudad igual. Hice doblete en la Fundación Mapfre. En magnífica compañía en ambas ocasiones: somos la gente que nos acompaña.
Primero me acerqué a ver la de retrospectiva
dedicada a Emmet Gowin. Salí con sentimientos encontrados. Un buen fotógrafo,
no lo pongo en duda. Las tomas del monte Santa Elena tras la catástrofe de 1980 son magníficas, como lo son las del casco de
Matera, en Italia.
Pero no sé. Hay algo desasosegante en sus fotos. En la obsesión con Edith, su
mujer. En los matices oscuros del blanco y negro. Hay algo siniestro en la cara de esa mujer que nos mira desde el pasado para explicarnos que todos nuestros sueños también fracasarán. Como fracasaron los suyos a través de los años. O quizá es que la postmodernidad era esto y su heraldo lleva siempre nombre de mujer...
Por si quiere saber más sobre ambos, ahí van un par de conversaciones…
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