17.9.14

Cultura (y cáncer)

Una persona culta es aquella que conoce cosas que escapan de su ámbito profesional. Quizá es una definición sesgada por el miedo a la barbarie del especialismo que me inculcó Ortega en los años de la Universidad. Y una persona se hace culta, creo, no sólo por su origen, sino sobre todo gracias a la lectura. 

Este verano devoré un libro de título legendario comprado en un momento equivocado (nadie es perfecto): El emperador de todos los males. Una biografía del cáncer magníficamente escrita por un autor de nombre impronunciable. No sé si me dará tiempo a hablar mucho de él: la vida me devora y mi carácter indolente me impide perseverar en nada. Pero por si me olvido, se lo recomiendo de manera encarecida, desocupado lector. Es un libro queée son los cánceres, cómo los ha abordado el hombre y en qué momento estamos de nuestra lucha contra él. De fondo, la relación del cáncer con la sociedad, las políticas públicas, los lobis, los medios de comunicación... 

Un ensayo magnífico y muy escrito. 

El canon de un hombre culto está en cosas como esta. 

Así que no se lo pierda, desocupado lector.

No hay comentarios: