21.9.14

Otra Diada

Acabé el 11 de septiembre cenando con varios catalanes en Madrid. Ninguno había estado en la V del totalitarismo (ya saben, esa manifa en la que sólo faltó que algún querubín cantara desde el estrado aquello de que el futuro nos pertenece). Mientras llegaba Albert Rivera al coloquio, varias conversaciones en la mesa. 

En general historias feas que muestran que los nacionalismos siempre son un problema. Lo fue el español en la Cataluña de postguerra y lo es el catalán en la Cataluña democrática. Relatos que ejemplifican que la solución al problema catalán no vendrá solo por lo jurídico. Hay una hegemonía cultural muy clara del nacionalismo y si esa batalla, la de la cultura, no se da, sólo estaremos comprando tiempo. Una maestra en la escuela a la que le habla un niño de apenas seis años. Y la maestra empieza a hacerle gestos desagradables: qué feo, qué feo estás, qué te pasa, con lo guapo qué tu eres... ah, que me estás hablando en castellano, con lo feo que te pones. El niño pasa al catalán: ahora sí te entiendo, lo guapo que estás cuando hablas nuestra lengua...

Estas cosas han pasado en este país. 

Ante el silencio cómplice de muchos. 

Y yo recuerdo aquellas canciones en las que nuestra juventud alegre y combativa decía que un país es un invento, un país es una estafa... 

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