Estas cosas que saca El Pais, y en general toda la prensa a su izquierda. Relatos desgarradores de familias rotas por la dictadura. No acabo de entender qué buscan. Está claro que esta gente sufrió, y mucho, pero estas narrativas obsesionadas solo por el sufrimiento de un lado lo único que hacen es generar una idea hemipléjica de nuestro pasado. Hay que poner al lado de este relato, justo al lado, el de ese joven sacerdote de un pueblo de la sierra de Madrid, sacado de su casa, torturado en una cheka, en ocasiones castrado, y luego asesinado en Paracuellos. Y todo porque a sus asesinos no les gustaba su oficio. Y hay que contar también la historia de esa madre, digamos Paula, quizá viuda, que vivía con él y se pasó la guerra sola y señalada como "madre del cura" en territorio enemigo, viviendo de la caridad de algunas buenas personas.
Sólo con un retrato completo entenderemos aquel horror. Un país de mierda, del que nadie en su sano juicio puede estar orgulloso. Ni los hunos, ni los hotros...
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