25.1.21

Algunas cosas más sobre Baruc

Algunas reflexiones sobre y de Spinoza, un hombre que, como señala Lenoir en El milagro Spinoza "fue sin duda tan conocido en Europa por su pensamiento como por la calidad de sus vidrios" y es que hay que tener en cuenta que, en aquella época, ser pulidor de lentes era un oficio glamuroso y propio de lo que hoy definiríamos como de "alta tecnología".

Algunas citas, para tenerlas ahí, a mano:

  • "El hombre no es un imperio dentro de un imperio" (Prefacio al Libro III de la Ética).
  • "No burlarse, no lamentarse, no detestar, sino comprender".
  • En relación al supuesto carácter de elegido del pueblo hebreo, señala que "La alegría que se experimenta creyéndose superior, si no es infantil, no puede nacer más que de la envidia y de un corazón malvado".
  • Las leyes de la naturaleza son, en realidad, los "decretos eternos de Dios".
  • "La voluntad de Dios, ese asilo de la ignorancia" (en el Libro I de la Ética)
  • Una visión monista del mundo, dios y el mundo son los mismo, frente a la visión dualista, por ejemplo del cristianismo y el judaísmo. 
  • Einstein: "No creo en el Dios de la Biblia, pero sí en el dios cósmico de Spinoza"
  • Como señala el autor, resumiendo el pensamiento del marrano: "El ignorante siempre será esclavo de sus pasiones, y finalmente desgraciado, porque está encadenado a sus afectos, cuyas causas ignora, mientras que el sabio obra bajo la guía de la razón y será feliz, ya que está liberado de la servidumbre de la ignorancia y de las pasiones". Es por ello que la libertad se opone a la opresión, pero no a la necesidad. 
  • "La multitud es incapaz de percibir las verdades un poco profundas
  • "Todo lo que es precioso es tan difícil como raro"
  • "Los hombres se creen libres porque tienen conciencia de sus voliciones y de sus apetitos, y no piensan, ni siquiera en sueños, en las causas que les disponen a desear y a querer, porque las ignoran

1 comentario:

Anónimo dijo...

El panteísmo es facilón, cómodo y, en definitiva, cobardica.

Yo no quiero amar (u odiar) a mi vecino de arriba, a la cerveza sin alcohol o a las vacaciones en Benidorm porque sean espejos de mí mismo. No quiero espejos, quiero diferencia. El amor desea división, no amalgamas. De hecho, la libertad, la alegría y el asombro sólo pueden surgir de la división, no de la fusión.

Por eso, el panteísta no puede disfrutar ni detestar. En su mundo no hay aventura ni riesgo. Sólo un enorme bostezo hastiado. Porque vaya donde vaya, se encuentra a sí mismo.