11.1.24

Semprún, la libertad y la Corona

También en El Cultural el otro día, su prima Soledad Maura terminaba así un hermoso texto vindicativo de Semprún:  Español y parisino, y un europeísta entregado, decía que su hogar era allí donde hubiese un río, un café y una buena librería. Un hogar idóneo, sin duda, siempre que haya paz y libertad.

Cumplió el sueño de ser escritor. No pudo ser Presidente de la República, pero fue Ministro de Cultura, y no era antimonárquico. Fue el único ministro de Felipe González que pidió audiencia para despedirse del Rey.

Unas palabras de F. Scott Fitzgerald me vienen a la memoria mientras recuerdo a Jorge Semprún desde nuestro momento actual: la inteligencia se puede definir como la capacidad de mantener simultáneamente dos ideas contradictorias, como por ejemplo, poder reconocer que no hay esperanza, a la vez que nos comprometemos a cambiar las cosas.


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