Reflexiona Patrik Svensson en su hermoso Evangelio de las anguilas sobre el paso del tiempo, Saturno que todo lo devora: “Y, al mismo tiempo, la vida siempre es mutable, todos estamos abocados a transformarnos un día, e imaginar un mundo sin el dodo o la vaca marina de Steller fue seguramente en su momento igual de inimaginable, al menos para unos pocos. De la misma forma en que hubo un tiempo en que yo era incapaz de imaginar un mundo en el que mi abuela o mi padre no existieran.
Pese a todo, ahora ya no están. Y el mundo sigue en pie.”
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