Tres ideas que le tomo a Peláez, de una suya en ABC el otro día. A vueltas con esa generación que se ve a sí misma como "la más formada de la historia":
- La primera: La formación personal excede el ámbito académico y la mayor parte de ellos están muy poco formados.
- La trampa de las expectativas: su punto de partida es nuestro punto de llegada. "Hemos nacido en una España fea y contaminada, en una España pobre y atrasada llena de yonquis que se picaban -y se morían- mientras jugábamos al fútbol. Una sociedad violenta y deprimida y abandonada en las zonas rurales. Y la epidemia del sida. Hemos salido adelante como hemos podido con ayuda de nuestros padres, trabajando para pagarnos los estudios y aceptando empleos precarios con la certeza de que con tiempo, esfuerzo y talento podríamos, con suerte, llegar a lograr algún día todo lo que ahora se ve como 'normal'. Nuestro punto de llegada es su punto de partida y lo que nosotros llamábamos aspiracional es lo que ellos consideran 'necesidad básica'.
- Corolario: El joven medio de hoy tiene cosas que ni el más afortunado de mi generación soñaría.
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