El otro día en La Lectura. Esto de Ana Iris: Para mí, Antígola significó una infancia muy libre y muy de contacto. Al contrario de lo que podría parecer, yo creo que cuando eres niño ves el mundo con más complejidad en un pueblo que en una ciudad. Porque una ciudad te restringe completamente el acceso a estar tú solo hablando con adultos o a ir solo a comprar», asegura Simón, cuya vida se desarrolla hoy en Aranjuez con sus más de 60.000 habitantes.
Y de remate esto: «La relación cambia porque, por un lado, te das cuenta de que tu raíz es algo que no puedes borrar. Yo siempre tuve la necesidad de huir del pueblo, pero uno nunca puede huir de sus raíces. Ahora entiendo que más te vale moldear tu relación, de manera que te sea llevadera a lo largo de tu vida»
No hay comentarios:
Publicar un comentario