
La foto está tomada el pasado sábado por
No me negarán que el género de la pintada fatalista tiene denominación de origen zamorana.
Reflexión de Toynbee.
En una megápolis, la gran mayoría de los habitantes son extraños, en el sentido de que ellos o sus padres, o en última instancia sus abuelos fueron trasladados desde una agrupación rural –en la que sus antepasados vivieron durante miles de años- a una pesadilla urbana a la que ninguna de las generaciones anteriores había sido jamás expuesta.
Toynbee, Arnold: Ciudades en marcha. Alianza editorial, Madrid, 1971. Pág. 80
2 comentarios:
Los Zamoranos sois pateticos...
Seguramente haya ese tipo de pintadas en muchos lugares de España.
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