24.11.07

La locura

Hay algo misterioso en la escultura. Dar vida al yeso, o al bronce, es lo más cercano a ser dios que en muchas ocasiones estamos los seres humanos. Esta mañana, en este frío final de otoño, estuvimos viendo la exposición que ha organizado la Fundación Mapfre sobre (la atormentada) Camille Claudel, escultora genial y que vivió una vida atormentada junto a y por culpa de su maestro Rodin. Un recorrido completo. Una mujer obsesionada. Unas obras magníficas. Su ruptura con el maestro, simbolizada por la espectacular L´age mur. Una pareja bailando vals, en bronce, deslumbrante. Acabó mal, Rodin nunca la reconoció y nunca abandonó a su pareja por ella. Acabó en un psiquiátrico. Durante treinta años. Sola.
Quizá la locura es el precio que han de pagar los genios por ser capaces de entrever a dios.
PS: no me resisto a recomendar a los desocupados e imprabables lectores catalanes la lectura del magnífico artículo de Arcadi Espada en el mundo de hoy. La impresionante madurez cívica de los barceloneses. También a los lectores del resto del mundo, pero a los catalanes creo que les hará mucho bien. Es difícil expresarlo mejor que él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre le he dicho que es un gran error pasar por París y no detenerse en ese palacete mágico que es el Museo Rodin. Un paseo por ese jardín... cuesta compartirlo, uno querría que nadie más lo visitara, que nadie más viera y nadie más tocara.

La verdad es que ese jardín se graba en la memoria de una forma especial/esencial. Vaya, señor Perdíu, vaya, en cuanto vuelva a la Ciudad de la Luz.

Anónimo dijo...

Y tu lee algo mas y deja de recomendarnos cosas, listillo.

Anónimo dijo...

Perdíu,

Leí el artículo mencinonado. Muy interesante, ojalá lo hubieran leído muchos barceloneses.

Anónimo, lee tú también, a fuerza de verlo, apenderás que más se acentúa y puede que alguna otra cosa adicional.