Publicaba el otro día en El País una deliciosa cuarta página John Healy en la que citaba un párrafo de Hemingway, a cuenta de la nostalgia, ese burdo pasatiempo del que recomendaba huir Luis Alberto de Cuenca.
Disfrútelo, desocupado lector:
"...Pamplona
ha cambiado, por supuesto, pero no tanto como hemos envejecido nosotros. He
descubierto que, si tomas un trago, todo es como era siempre. Sé que las cosas
cambian y no me importa... Que cambien. Todos estaremos muertos antes de que
cambien demasiado y, si no sobreviene un diluvio cuando hayamos desaparecido,
seguirá lloviendo en el norte en verano y los halcones seguirán anidando en la
catedral de Santiago y en La Granja... Nunca volveremos desde Toledo en plena
noche, ni nos quitaremos el polvo reseco con Fundador, ni estará esa semana con
lo que ocurrió aquella noche de julio en Madrid...”.
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