11.1.06

Llorando desde el oeste

El Estado. El más frío de todos los monstruos fríos, que decía Friedrich Nietzsche. El ogro filantrópico en palabras de Octavio Paz. ¿Para qué está el Estado? Hay muchas respuestas (aunque no todos llegan a hacerse la pregunta). Mi respuesta: para llegar allí donde no llega la sociedad. Es una respuesta ideológica, pero es la que mejor me parece. En el oeste, en mi tierra, se está viviendo una situación objetiva. La Universidad de Salamanca ha suprimido la celebración de las pruebas de selectividad en la Puebla de Sanabria. Ahora los alumnos deberán ir a Benavente a examinarse de dicha prueba. Para que se hagan una idea, los que no conozcan la zona, un alumno de Porto, o de Padornelo, deberá recorrer 136 quilómetros para hacer dicho examen y otros 136 para volver a casa. No hay dinero en este Estado social para mantener la selectividad en una zona rural. No hay gente en los pueblos. Y a todos se les lleva la boca hablando de desarrollo sostenible y de cosas por el estilo y se hacen cursos y conferencias... Si no se mantienen los servicios públicos allí donde no llega la iniciativa privada, ¿Alguien quiere explicarme para qué queremos el Estado?

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