21.2.07

Un enemigo del pueblo

Jimena, antenta y considerada, me invita al teatro. Vamos a ver “Un enemigo del pueblo”, del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, sobre una versión de Juan Mayorga dirigida por Gerardo Vera. La obra no me defrauda. Hace tiempo que quería verla y, aunque mi lectura no coincide con la de Jimena, a los dos nos emociona.
La historia es conocida: en una ciudad cuya principal atracción y fuente de riqueza es su balneario, el doctor Thomas Stockmann descubre que el agua está contaminada y avisa a la comunidad sobre los graves peligros que se ciernen sobre la salud de las personas que acudan a bañarse al mismo.
Sin embargo, su denuncia tropieza con el rechazo frontal de personajes poderosos, entre ellos su propio hermano (que es alcalde del pueblo), propietarios, medios de comunicación, líderes vecinales... Todos parecen más preocupados por los inconvenientes económicos de la desinfección del agua y por la posible pérdida de clientes del balneario que por la salud de la gente.

A mi la obra me parece un canto al individuo frente a la sociedad. A la libertad de las personas frente a la masa; a la conciencia frente al berreo; a la libertad de los sujetos frente a la tiranía de las mayorías. Al "yo" frente al "nosotros" comunitarista. Algunas de las frases del doctor son memorables: “No tienen derecho a no dejarme decir lo que pienso”, “la mayoría puede estar equivocada” “que todos lo piensen no significa que sea cierto”. Stockman, magníficamente interpretado por Francesc Orella, siente en sus propias carnes esa tiranía de lo políticamente correcto, de la masa que grita mientras es manipulada. Pero se mantiene firme en sus convicciones. “Odia al pueblo que lo vio nacer” dice uno de los protagonistas señalando al doctor. Cuántas veces habrán tenido que oír eso otros los modernos Stockman, hoy aquí, en nuestro país: Juaristi, Savater o Boadella cuando caen por su tierra natal.

En fin, quizá uno de los momentos cumbres es cuando una asamblea lo declara, solemnemente, “enemigo del pueblo”, anticipándose a lo que luego haría el comunismo en la Unión Soviética con los disidentes….
Y yo pensaba, qué magnífico blasón para un escudo heráldico. Ser declarado, por una masa enloquecida, “enemigo del pueblo”.

PS: sin líder a quien adorar, / ni izquierda ni derecha / que me obligue a avanzar / desconfiado como un animal / que defiende su espacio vital (Loquillo, Territorios libres)

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Según tengo entendido, la obra se representará pronto en Barcelona... tiene usted algun dato más, Sr. Perdiu? Teatro, fechas...

Creo que voy a hacer caso a su recomendación...

Aunque déjeme decirle, medio en broma medio en serio, que me ha venido a la mente la imagen de Fraga en Palomares... aquí no ha pasado nada, pueden ustedes bañarse [no sabemos lo que hay, vaya usted a saber que han tirado estos tios aquí, pero el turismo no nos lo toquen...]

Jeje, un abrazo...

El Perdíu dijo...

Fíjese, a mí me recuerda, medio en broma medio en serio, a los políticos nacionalistas diciendo, tras estallar alguna bomba: "aquí no pasa nada, vivimos de puta madre, los agoreros estos, que son unos aguafiestas...
"Teatro Tívoli, del 11 al 29 de abril. No se la pierda...

Baba O'Riley dijo...

Pues a mi me recuerda a un pobrecito y "minoritario" nacionalista catalán al que la "mayoria" española califica como una persona perversa y sin derecho siquiera a la vida. Se le podría colgar perfectamente el calificativo de enemigo del pueblo (español, claro).
PS: Recuerdo la magnifica pelicula de Steve McQueen. Si la obra se asemeja ligeramente a ella, será digna de verla.

Anónimo dijo...

Pero bueno, don Baba, no se referirá usted a Carod?

Porque en ese caso estamos hablando de un tio que cada vez que abre la boca... sube el pan!

no es que sea enemigo de España o de Catalunya (que también), sino que es enemigo de la inteligencia.

Por suerte ustedes mismos lo están semi-defenestrando... por algo será, no?

Anónimo dijo...

Sr. Perdiu, si he entendido bien su post: ¿áquel que se enfrenta al poder establecido y a los intereses de los poderosos se le denomina liberal? veo en usted un peligroso desviacionismo hacía posturas de izquierdismo ácrata. Vaya con cuidado que en la Red Liberal le van a expedientar por no seguir la ortodoxia ;o)

Un saludo

Anónimo dijo...

...me he dejado otra reflexión al hilo de su argumentación:¿si es una sola persona quien se enfrenta al poder y a los intereses creados es un liberal, si son dos o más es un peligroso rojo?...

Ejemplo: Ir contra las constructoras, apoyadas por el poder autonómico, que salvajemente urbanizan y destruyen el litoral levantino ¿si lo hace un solo individuo esta bien, si son dos o más esta mal?

Unknown dijo...

Gran dilema cuando se enfrenta lo "justo" y lo "conveniente".

Saludos

Anónimo dijo...

Excelente sr. Perdíu.

Anónimo dijo...

Yo creo que lo que realmente les gusta de la obra de Ibsen es básicamente el título: el enemigo del pueblo;-). La misma obra si hubiese llevado por título: el enemigo de los poderosos... Ay!!!seguro que el sentido del post de hoy sería muuuy distinto.

Anónimo dijo...

Pertenezco a un grupo que intenta paralizar un campo de golf en la comarca de la Vall d'Uixó, Castellón, para los que no os suene.

Como el personaje de la obra, nos encontramos que los poderes fácticos de nuestro pueblo, sólo preocupados por el turismo y el dinero inmediato, se ríen cuando les hablamos de embalses al 20% de su capacidad o daños a la fauna y flora.

Creo que tambien nos consideran enemigos del pueblo

Anónimo dijo...

Pero la cuestión es otra.

Se trata de si la defensa de La Verdad (que no es relativa) bien vale el desmontar un orden social que es querido por la mayoría y en el que la mayoría se siente a gusto.
Desde mi punto de vista, no está tan claro que valga la pena.

El señor defensor de la verdad se queda muy a gusto con su conciencia, y el resto del personal muy jodido con las consecuencias.

Frente a todos ustedes, idealistas, me pregunto si no es al menos a veces preferible la paz del error/mentira a la violencia de las verdades.