4.5.08

Los que se fueron y los que no

Los espacios privados producen virtudes públicas. Déjeme, desocupado lector, que le hable hoy, desde Sanabria, del bar de un amigo. Que se lo recomiende incluso. Hace años, la estación de ferrocarril de la Puebla de Sanabria era un lugar oscuro. Decrépito. El bar, un espacio hecho de plásticos aderezados con cafés amargos a altas horas de la madrugada. Sin alma. Renfe, o el GIF, o ADIF, sacó a concurso por varios años el bar. Y allí fue Paco, a hacerse con él. Lo cambió de arriba abajo. La barra pasó de ser de contrachapado a ser de piedra. No forrada en piedra, no. De piedra. Pintó el local. Lo puso a su gusto. Y el resultado fue espectacular. Además, como Paco es inquieto, convirtió la estación en un punto de encuentro, un espacio para exponer y para conversar. Porque Paco, además de llevar el bar, es historiador. Y persona culta. Ha estudiado, durante años, el pachueco, esa forma arcaica en la que el latín, en plena descomposición, cristalizó en Sanabria y que hoy se considera una forma del leonés. Pero Paco no se limita a las lenguas. También sabe, y mucho, de las legendarias vistas de Remesal, que decidieron el futuro de un Imperio. Y de pinturas rupestres. Y del ciclo del agua en nuestra tierra. Por algo está detrás de muchas de las iniciativas más interesantes de la comarca.

Ahora, en
la Estación hay, además de ordenadores para conectarse a Internet, un espacio wifi para poder trabajar mientras cae la tarde de primavera en Sanabria.

Un espacio de lujo para un lugar tan necesitado de lujos como la tierra sanabresa. Un espacio construido por esos sanabreses que no emigraron y que luchan, día a día, por la tierra que los vio nacer. Si pasan por la Puebla, no dejen de visitarlo.

PS: Las lenguas nacionales que conocemos hoy en día, aparentemente tan naturales, son en gran medida producto del pronto de desaparición de innumerables vestigios del Antiguo Régimen –piénsese en la diversidad de pesos, medidas, monedas, sistemas postales, etc–, nos encontramos en el ámbito lingüístico con un desarrollo paralelo. Sus artífices han sido las academias en algunos casos (España, Francia) […] o la labor conjunta de literatos, pensadores, políticos y puristas (Alemania); y en todos la tenacidad de unos filósofos afanados en encontrar el origen, la esencia y el orden de la propia lengua.
Sosa Wagner Francisco y Sosa Mayor, Igor: El Estado fragmentado. Modelo austro-húngaro y brote de naciones en España. Editorial Trotta, Madrid, 2007. Página 103.

1 comentario:

Javi (@Treintanyero) dijo...

Eso es un emprendedor y lo demás son tonterías.

Saludos

Javi