28.6.25

Libros de guarda (VII)

Salir de la noche no se acaba nunca.

Está también muy destacable la reflexión de Corrado Augias. La disparidad de trato entre quien asesinó y quien fue asesinado es irreparable, se prolonga a lo largo de los años, agravada por el hecho de que, quienes asesinaron entonces escriben memorias, son entrevistados en la televisión, participan en algunas películas, ocupan puestos de responsabilidad, mientras que a la viuda de un agente nadie va a preguntarle cómo ha vivido desde entonces sin su marido, si tiene hijos que vivieron una infancia de orfandad, si el tiempo que ha pasado les ha cicatrizado las heridas, el pesar, el dolor...

¿Asesinados por qué, además? por el sueño de un grupo de exaltados que jugaban a hacer la revolución, haciéndose ilusiones de que eran espíritus elegidos, almas bellas, entregadas a una noble utopía, sin darse cuenta de que los verdaderos “hijos del pueblo”, como los llamó Pasolini, estaban en el otro lado, eran el blanco de su estúpida locura. 


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