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19.9.20

Pegados al sofá

Acabamos la tercera temporada de Line of Duty, qué serie tan magnífica. Un guion inteligente, en la línea de The Wire, de los que te obligan a no perderse ni un instante de cada episodio. El final de cada capítulo te deja sin aliento... una maravilla. ¡Vamos a por la cuarta!:




9.4.19

Sociedades desestructuradas

Lo vimos hace años en la mejor serie de la historia. Y las cosas parecen no haber cambiado en Baltimore. El fracaso de una sociedad: una vergüenza para todos nosotros. El espejo en el que ver reflejados todos nuestros temores.

1.7.16

Acabar los Sorprano y otras desgracias

Rematé el final de la última temporada de Los Soprano


Una desgracia, se mire por donde se mire. Entiendo su fama, fue la serie que lo cambió todo: ni buenos muy buenos ni malos muy malos. Detrás vino, superándola, The Wire, pero creo que ambas forman parte de la historia de la televisión. 

Por cierto que el final de la serie ni me parece tan malo ni tan polémico. Magníficamente rodado, por cierto, cierra una serie pero deja al espectador con muchas preguntas en la boca. Como debe de ser.  

24.3.15

¿Cómo no estar de acuerdo con Boyero?

De acuerdo casi de principio a fin con la reflexión de Boyero el placer en serie. sobre todo con la valoración de The Wire. Y eso que yo no soy de los que se pegan atracones de serie. Un capítulo al día. Hay que combatir la desmesura en todos los órdenes de la vida. 

"En 2002 vio la luz la indestronable reina. Para mis anormales gustos, que al parecer son los de muchos. O sea: The Wire. Creo haberlas vuelto a devorar, del primero al último capítulo, como media docena de veces. Y no envejecen, mi placer se renueva aunque me las sepa de memoria. Pero siempre hay algún matiz que antes no habías pillado. Diálogos, situaciones y personajes enriquecen su dimensión."

Y también a los ladrones que han conseguido que, por ejemplo, la tercera de Deadwood no llegue a España...

11.12.14

La dama gris

Estuvimos viendo Page One. Un documental magnífico sobre el New York Times. Y sobre el periodismo. Sobre su pasado, su presente y su futuro. Sobre los peligros que acechan a una sociedad que da demasiadas cosas por supuestas. Me recordaba a alguno de los capítulos de la última temporada de The Wire. Qué pasará el día que ya no los tengamos en papel. El día que todo sea ruido. 



Mi patria son los periódicos. 

(Una patria de minorías, como todas aquellas que merecen la pena). 

27.10.14

De la nobleza

Una hermosa reflexión de Savater a vueltas con los derechos de autor. Sobre aquel Baltimore que yo creí conocer, ¡iluso! antes de haber caído en The Wire. Una reflexión que, de fondo, apunta al tipo de sociedad; una sociedad que toma a broma a los creadores. Y que está dispuesta a robar si tiene fácil la huida del lugar del crimen. El otro día en El País.

De nada

22.5.14

Casino & Heat

Hay títulos míticos a los que me he ido incorporando con la edad. Casino, de Scorsese. Buen cine, bien narrado, y con un gigantesco Robert De Niro. Me puse también con Heat, no en vano una de las baldas de mi estantería cinéfila está llena de cine (comprado de manera legal, por supuesto) negro. El problema no es tanto que la película haya envejecido mal, como que yo he crecido de otra manera. Después de haber visto The Wire, este tipo de cine se ve con otros ojos. Hay varios ejemplos; en Heat, Al Pacino encarga un seguimiento y, por arte de magia, el seguimiento se pone en marcha, con todos los medios posibles. En The Wire un seguimiento es discutir el presupuesto que queda del año, negociar con el juez, convencer al comisario, etc... 

Así que no puedo evitar un cierto desdén ya por este tipo de escenas. Hacerse mayor es asumir la complejidad de las cosas. 

7.5.14

La Isla

Madrugamos. Nos espera un buen trecho. Recorrer la España del levante, ahora que estoy en la orilla, con Rafael Chirbes. El paisaje va cambiando conforme nos acercamos a Granada. El agua es la vida, y así lo entendieron todos los que hasta aquí llegaron. Pasamos por la costa conforme va finalizando nuestro viaje. Al fin, divisamos la bahía de Algeciras. Una ciudad mítica. La Al yasira de los musulmanes. La llave del Estrecho. Por esta bahía se empezó a perder la Hispania goda, según nos contaron los cronicones. Un mundo degradado, me dice Oskarnello, siempre atento. Las políticas de desarrollo de la bahía, para contrarrestar Gibraltar, han acabado con el entorno natural de la zona. Un puerto por el que me parece estar viendo a McNulty en la segunda temprada de The Wire. Aún  hay tiempo hasta coger el ferry. Algeciras es también alguna canción de Medina Azahara, en mi adolescencia, y sobre todo es la patria adoptiva, durante algunos años, de mi amigo y maestro Esteban. Esas ciudades que, en el fondo, ya conocemos antes de visitar por primera vez. Y es que los viajes, también, se conversan y luego se hacen. Embarcamos.

4.1.14

Cerrando cosas...

Acabó 2013. Un año menos. De todas las etapas de la vida salimos aprendidos: a veces más sabios y quizá por eso más cínicos. A mí el año se me hizo largo. Sobre todo el primer semestre. Este mundo moderno, en el que todo lo sólido se desvanece en el aire. En el que amores eternos duran unos meses, amistades inquebrantables se desgajan al primer golpe y en el que uno (“Ya lo ves, / no siempre me va bien”, cantaba La Fuga) acaba entendiendo aquella magnífica reflexión que dice alguien en The Wire: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes


Vamos a por 2014, que ya hemos perdido mucho tiempo…

2.8.13

Un par de pelis

Algo de cine. Estuvimos con Ahora me ves. Me pareció entretenida, a vueltas con la magia. Mejor de lo que decía Carlos Boyero en su crónica. Dónde empieza y dónde termina la realidad. Y qué cosas estamos dispuestos a creer y qué fuerza puede llegar a tener la venganza. Desaprovechado Michael Caine, y en un papel bastante bobo Morgan Freeman. El guion es bueno y la película se sigue con interés. El final es algo previsible, o será que ya he visto muchas pelis de estas.


Estuve también con Los amos de brooklyn. El título no le hace justicia. Un cierto aire a The Wire. No sólo por algunos de los actores, como Omar Little. También, por la forma de enfocar el desarrollo. La otra cara de la vida. La que no se ve, la que no sale en los titulares: policías buenos y malos, traficantes buenos y malos. El problema es que se queda corta. Hay historias que necesitan varias horas para desarrollarse con plenitud, y ese es el hueco que las series han aprovechado. En cualquier caso, mejor de lo que esperaba...

14.5.13

Series desde el sur: del paseo marítimo a Homeland


Predicando en Jerez. Aquí ya estuve,  en otra vida. Ni la ciudad me reconoce ni yo a ella. 

Antes de predicar, garabateo unas notas. Acabé la segunda temporada de Boardwalk Empire. La serie va creciendo. Van ganando todos complejidad. Incluso el desgraciado de Jimmy Darmody o su sensual y turbadora madre Gillian se revelan como personajes más complejos de lo que parecía.... 

Estoy también con la Quinta del Ala Oeste y empezando la primera de Homeland. De momento va bien, pero, tras haber visto The Wire, hay algunos episodios (cablear entera la casa del soldado en un rato y sin problemas de dinero) que me resultan poco creíbles. 

Le daré una oportunidad, claro, aunque solo sea por el placer de ver actuar a Jessica, la mujer de Brody...

3.4.13

La cuarta del ala oeste...



Se va animando la serie según avanzan las temporadas, con un Barlet más humano, conflictos internacionales, desavenencias presidenciales… Desaparece el soso de Seaborn de la escena y van ganando altura y solvencia tanto Lyman como el inquietante Ziegler. Es una serie magnífica, muy recomendable para entender cómo funciona el sistema político norteamericano: un sistema inviable y que tiende, de manera sistemática, al Golpe de Estado, habida cuenta de la prevención que los padres fundadores sentían por la democracia. En cualquier caso, como la voy alternando primero con The Wire y luego con Boardwalk Empire, me sigue llamando la atención lo almibarado del guión y el formato tan binario de la trama: unos demócratas inteligentes, solidarios, cultos, llenos de matices, que han de lidiar con una oposición republicana zafia, grosera analfabeta y monolítica.

¡Ay nuestros socialdemócratas!, esos celosos guardianes del monopolio de la compasión

29.8.12

Acabar The Wire, y otras desgracias...


Acabé la quinta y última temporada de The Wire, centrada en el papel de los medios. Básica para saber el motivo por el cual algunos seguimos comprando, cada mañana, el periódico diario.
Acabé la quinta temporada y recuerdo que empecé a ver el último capítulo mientras mi iba atrapando una extraña melancolía. Adiós al pendenciero McNulty, al meticuloso Freamon, al bueno de Carver, al borrico de Herc, al hijoputa de Marlo, al cínico de Rawls, al ambicioso Carcetti.
Acabé la quinta temporada, apagué la tele y me quedé unos minutos en silencio.
Acabé la quinta temporada y pensé que tal vez no vuelva a ver nunca una serie de televisión de este nivel…
Grande The Wire. Grande.


PS: "At this rate, there won't be much to call a newspaper in ten years"

7.6.12

La cuarta, de The Wire


Acabé la cuarta de The Wire. No es una serie más. Claro que no lo es. Es, entre otras cosas, una radiografía de la complejidad del mundo moderno. De la oscuridad que a uno lo asalta cuando intenta entender las lógicas urbanas en el siglo XXI. Esta temporada, la cuarta, es especialmente brillante, porque se acerca a un tema que uno no imaginaría en una serie policiaca: la escuela. Varios amigos, compañeros de instituto, y su relación durante el curso. De fondo, una voz que, como en un tragedia griega, nos susurra al oído que todos están condenados. La lucha por sacar a los chicos de la calle, la relación entre padres e hijos, con el tráfico de droga asomándose por la esquina, un tráfico que todo lo ve, que todo lo mueve. La necesidad de ganarse el respeto de los demás cuando uno es adolescente. Pero también la necesidad de comer cuando la madre es drogadicta y nunca hubo padre. La necesidad de lavarse; de no perder la dignidad que nos hace humanos. La necesidad, en fin, de sobrevivir donde todo lo demás ha fracasado.

Una serie fascinante. Y con ganas de empezar ya la quinta temporada.



PD: Murió Bradbury, el hombre que nos enseñó lo que nos espera en un mundo sin libros. El hombre que narró con melancolía el final de una civilización. Que la tierra te sea leve.