9.10.07

Economía para imbéciles

Principiamos, desde Sevilla, una bonita serie de repaso a los principios básicos del sistema capitalista:
Ahí va el primero.
It is not from the benevolence of the butcher, the brewer or the baker, that we expect our dinner, but from their regard to their own interest. We address oursevelves, not to their humanity, but to their self-love, and never talk to them of our necessities but of their adventages.
¿Cómo es posible que posible que haya gente que sigue sin entender algo que escribió un funcionario de aduanas escocés hace más de doscientos años?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es posible por una sencilla razón, el socialismo pretende cambiar la naturaleza humana, y no lo consigue a pesar del enorme sufrimiento causado, el capitalismo asume la naturaleza del hombre y la aprovecha en beneficio de todos.
Hoy se cumplen 40 años de la muerte del Che. En Cuba llevan casi 50 intentando crear el hombre nuevo.
¿Quién se resiste a creer en una utopía?

Anónimo dijo...

"el capitalismo asume la naturaleza del hombre y la aprovecha en beneficio de todos"... los privilegiados de éste mundo ..."a pesar del enorme sufrimiento causado"...a la gran mayoria de la humanidad.

"¿Quién se resiste a creer en una utopía?"fácil: Los privilegiados, que no la necesitan.

Un saludo

Anónimo dijo...

¿Quiénes son los privilegiados? ¿Los 100 millones de muertos que lleva el socialismo intentando hacer posible lo imposible? ¿Los que derribaron el muro de Berlín, eran privilegiados o trabajadores? ¿Los que arriesgan su vida para huir del campo de concentración conocido como Cuba? Ya está bien de cuentos, ¿quiere usted señor Barceló fundar una granja colectivista donde hacer realidad la pesadilla igualitaria? Adelante, nadie se lo impide, pero no pretenda meternos a los demás en ella.
Un saludo.

joandro dijo...

Aunque parezca mentira, los que hablan como el señor Barceló, normalmente provienen de familias muy privilegiadas. Es que "la mente ociosa es el mejor taller del diablo". Nunca mejor dicho.

Unknown dijo...

"En el estado original de cosas que precede tanto a la apropiación de la tierra como a la acumulación del capital, todo el producto del trabajo pertenece al trabajador. No lo comparte con terrateniente ni con patrono alguno.
Si ese estado hubiese continuado, los salarios del trabajo habrían aumentado con todos aquellos progresos en su capacidad productiva ocasionados por la división del trabajo. Todas las cosas se hubiesen vuelto gradualmente más baratas. Se producirían con menos cantidad de trabajo, y como las mercancías producidas con las mismas cantidades de trabajo se intercambiarían entonces naturalmente unas con otras, se comprarían con una cantidad menor de trabajo".
Adam Smith. La Riqueza de las Naciones. (Libro I. Cap. 8)
(Lamento no disponer de edición en inglés).