26.1.07

Sólo quedan tres días

Malo es pedir. Pero peor es robar.
No sé si los desocupados lectores recuerdan la figura de Gregorio Ordóñez. Partiendo de la nada, convirtió a su partido, el popular, en la fuerza política más importante de su ciudad, San Sebastián. Iba a ganar las elecciones municipales de 1995.
Reconstruir una identidad política, la del centro derecha constitucionalista en Guipúzcoa, era una tarea hercúlea a la que él se enfrentó con valentía y decisión. Desde finales de los setenta y hasta mediados de los ochenta, el terrorismo nacionalista vasco atacó con especial saña al centro derecha no nacionalista en la provincia. Varios de sus cargos y militantes fueron atacados y asesinados (Ustarán, Arrese, Baglietto…), ante la disimulada mirada para otro lado del nacionalismo no vionento;
huyquemalquedaesasangre, quítaladeahírápidoqueaquísomosunpaísmuymajo.
Ordóñez articuló en su provincia una nueva alternativa para esos votantes y todo parecía preparado para que se convirtiera en alcalde en la primavera de 1995.
ETA, la organización política que usa métodos modernos de lucha, en palabras de Pedro Pikapiedra, decidió que aquello era intolerable. Vale que no habían matado a todos los vascos no nacionalistas, pero de ahí a que se pensaran con derecho a gobernar La Bella Easo había un abismo. El 23 de enero un maqueto a sueldo de la Banda, un tal Francisco Javier García, le pegó un tiro en la cabeza, por la espalda, mientras Ordóñez almorzaba en un bar de San Sebastián.
Al poco de su muerte, se constituyó la Fundación Gregorio Ordóñez, para defender la libertad en el País Vasco. La Fundación, que ha sido merecedora de numerosas distinciones, entre otras la Placa de Honor de la Orden del Mérito Constitucional, la Medalla al Mérito del Trabajo en su categoría de oro, necesita, como todas, dinero para subsistir. El problema es que el muy sensible gobierno vasco que subvenciona con generosidad viajes para echar unas risas con los asesinos encarcelados, no tiene a bien dárselo. “estaría bueno, darles pasta a estos españolazos de mierda” deben pensar en la presidencia de Vitoria.
Así que la Fundación, ni corta ni perezosa, ha puesto en marcha una campaña para recaudar fondos que termina el próximo día 29.
Hay dos formas. Enviando un mensaje de texto con la palabra GOYO al 5767 desde un teléfono móvil, o bien ingresando dinero en la cuenta de la Fundación: 0182 5709 48 0010513502.
El Perdíu, que no siempre predica con el ejemplo, ya ha aportado una modesta cantidad segundo antes de escribir este post.
Aurrera Mutilak!

PS: José Ignacio de Juana es el único responsable de su actuación. Los jueces lo han visto claro. Era mayorcito cuando decidió matar a 25 personas. También es mayorcito ahora para saber lo que se hace.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo cómo se le puede etiquetar de democrático al pnv, quizás por condenar con la boca pequeña el terrorismo o hacerlo a voz en grito si la ocasión lo requiere. Las víctimas del terrorismo se las trae al pairo. En alguna ocasión se ve forzado, hay que guardar las apariencias, a recibir oficialmente a las víctimas y entonces el lehendakari en un alarde de empatía se acerca a algún familiar para decirle: “Tiene que ser una putada, ¿verdad?.
Son esencialmente falsos, xenófobos y prepotentes. El lehendakari se puede reunir con quien quiera y no pasa nada.
Tampoco entiendo cómo puede el pp o el psoe llegar a coaligarse o a pactar con ellos, sólo se explica por los intereses espúrios de los dos grandes partidos.

Anónimo dijo...

Mi apoyo más entusiasta sr. Perdíu y mi agradecimiento por difundir la iniciativa. Yo nací en Bilbao aunque hace mucho tiempo que no vivo allí. Mi padre era de Vitoria, mi madre de la Habana, hija de gallegos. Cuando oigo al Lendakari y a otros bandarras hablar del derecho a decidir de los vascos, siempre me pregunto: ¿me incluirá a mí? ¿A qué personas se refieren estos señores? ¿A los nacidos en el País Vasco? ¿Sólo a los que habitan allí? ¿Sólo a los nacionalistas? ¿A los que hablen vascuence? ¿A los de apellidos de inequívoca resonancia vasca? ¿A los que cumplan todas las condiciones? A lo mejor si no se cumplen las condiciones pero se acumulan suficientes méritos, por ejemplo 25 actos heroicos, como De Juana, también se podrá participar en la decisión. Digo yo que, a lo mejor se puede, si te dejan. Si te dejan vivir.

Anónimo dijo...

Hoy, y sin que sirva de precedente me voy a alinear un poquito con el Perdiu y Benjamin.

De Juana es un hijo de puta, solo su careto me da asco, y no me importa que se muera, me alegraría incluso.

Dilema que se les planteaba a los jueces:

Lo dejas irse a casa: creas un héroe

Lo dejas seguir con la huelga de hambre: creas un martir y das a ETA y su entorno una excusa para matar y para seguir las algaradas callejeras.

Antes del atentado de la T4 no se que hubiera escrito sobre el tema, pero hoy se que ETA no necesita ninguna excusa para seguir atentando...

Por lo tanto, como lo van a hacer igual, que se joda De Juan Chaos

Ese es mi punto de vista y si alguien me dice: "es que no se le juzga por los asesinatos, sino por un delito de opinion", le diré que es cierto y que la condena es exagerada para ese tipo de delitos, pero tambien a Al Capone hubo que pillarle por unas facturas.

Para mi ese tio no ha pagado aun lo que ha hecho, y si hay que buscar la triquiñuela para que siga en prisión, me parece bien.

Anónimo dijo...

Bambi, celebro que por una vez estemos “casi” de acuerdo. No se le juzga por un delito de opinión, esa es la insidia que propagan algunos, se le juzga porque al pertenecer a ETA y citar a las personas con nombre y apellidos en sus libelos esta cometiendo un delito de amenaza terrorista. Amenaza cuya credibilidad aumenta dada la experiencia del sujeto.
Muchas cosas se han hecho rematadamente mal y la ley ha sido burlada en muchas ocasiones. Ahora vienen las consecuencias. Sabéis que De Juana además de un asesino es ¡diplomado en enfermería por la Universidad del País Vasco¡ ¿Cómo hizo las imprescindibles prácticas para obtener el titulo? ¿Se lo dieron quizás por acumulación de puntos como hacen en EEUU con los deportistas? Si la ley funcionase no se hubiesen producido reducciones de condena fraudulentas y seguiría en la cárcel, no por amenazas terroristas, que me parece bien, sino por 25 asesinatos.
Para más esperpento, la ley a la que se acoge este asesino del 73, promulgada por Franco. ¡Cosas veredes, Sancho¡

El Perdíu dijo...

Bambi, está usted desatada, cosa que celebro. Cuando lo lea, Jimena estará orgullosa de usted. ¿No será que su próximo viaje a la capital del Estado le ha nublado el seso?
;-)

Anónimo dijo...

Me gustaría, sin ofender a nadie, añadir unas palabras para intentar mejorar el estilo vulgar y barriobajero que veo se está imponiendo a raíz de este tema. A DeJuana... ¡que le den !

Anónimo dijo...

Benjamin, al objeto de ser precisos, es inexacto que la ley que se aplica a estos malnacidos sea la de 1973, la de Franco...

Ese Código Penal contemplaba reducciones de condena para los presos, es cierto, pero asesinos como De Juana no las hubieran podido tener. ¿Por qué? Porque habrían muerto en el garrote vil o, también, hubieran sido condenados a CADENA PERPETUA. Fue mérito de los progres de los años 76-77 el abolir la pena de muerte para los asesinos o, al menos, y yo lo prefiero, condenarles a cadena perpetua y tirar la llave de su celda. Al César lo que es del César...

Anónimo dijo...

Rafa65, Ningún inconveniente en reconocer el error, (si lo hubiese cometido). Sólo con ánimo de aclarar la cuestión diré que la información la he sacado de:
http://webmasterchaos.tripod.com/id8.html
donde aparecen los artículos de este tipo, en el artículo El escudo dice:
“Técnicamente, el 25 de octubre de 2004 terminé de cumplir la condena intramuros impuesta por su sistema jurídico y penitenciario con el Código Penal de 1973, código franquista incomparablemente más «blando» que el actual de sus herederos”

Me dice un amigo abogado que la ley del 73 contempla reducciones de pena por trabajos y otras circunstancias que fueron de aplicación en este caso ya que sus delitos se cometieron antes de la siguiente, del 95. Se aplica la ley que más beneficia al procesado. En este caso la del 75.

De acuerdo en la cadena perpetua, fue la pena impuesta en Holanda al asesino de Teo Van Gogh

Anónimo dijo...

No se equivoquen srs Bambi y Benjamín,
creo que a pesar de que siento algo parecido a lo que describe perfectamente el sr Baba, no soy nada partidario de las "triquiñuelas" a la hora de juzgar a nadie.Soy un ferviente defensor del estado de derecho, y si no ando errado, nuestro sistema penal se basa en la reinserción de los presos.Es por ello que si la sociedad no puede tolerar situaciones como la de este caso, debe incidir en un cambio de modelo;si eso no es así, sólo queda aplicar la ley,intentando evitar interpretaciones arbitrarias o excesivamente puntuales que degeneren en una perversión de nuestro modelo legal.

En definitiva,la sociedad es la que debe pedir los cambios;lo de juzgar hay que dejárselo a los jueces que para eso están.Ya hay demasiados entrenadores de fútbol en este país...no hagamos lo mismo con otras profesiones...

PS: Sr Benjamín, en cuanto a lo del "decidir" de los vascos sólo encuentro una cuestión suya realmente válida:"¿Sólo a los que habitan allí?".Las demás, pura demagogia.
Desde mi óptica, si llega el momento en que los vascos puedan decidir su futuro, aquellos que cómo ud quieran tomar partido pueden empadronarse y votar.Así de simple...

!Un saludo!

Anónimo dijo...

Sr. Turambar usted dice: “Soy un ferviente defensor del estado de derecho”. Pues lamento decirle que no lo parece. Reconociendo el derecho a decidir, supongo que independencia ¿no?, sólo a los empadronados en el País Vasco se salta a la torera la Constitución Española, pieza esencial del Estado de Derecho que dice usted defender. Así que yo, desde luego, también considero muy simple la cuestión, pero me temo que de forma completamente diferente a la suya, digamos que, de una manera Constitucional.

Trajano dijo...

Soy consciente de que corro serio riesgo de perder, con la propuesta que haré a continuación, el título de "último liberal verdadero" con que me honró tan generosa como exageradamente la socialista hace unos días. Tal vez incluso sea sumado de inmediato a la "derecha (casi) gótica" que tan livianamente adjetivó mi compatriota Luppi.

Pero creo haber encontrado en este foro la suficiente capacidad y apertura intelectual para someter a vuestro análisis una propuesta que hace tiempo vengo elucubrando.

Si las cárceles no se han creado, en teoría, para castigo sino para rehabilitación de los condenados, ¿pueden dejarlos partir si no se ha demostrado esa resocialización?

En términos prácticos, mi propuesta es la siguiente : una vez cumplido el período de prisión fijado por los jueces, todo reo a partir de cierta gravedad en el delito cometido (podría fijarse una base de una pena de cinco años de cárcel) deberá condenar en forma explícita el delito por el que ha sido culpabilizado para que se considere rehabilitado y pueda reinsertarse en la sociedad; en caso contrario seguirá en prisión hasta que lo haga.

Mi propuesta no supone arrepentimiento. El condenado podrá seguir argumentando que ha sido culpabilizado injustamente y, por lo tanto, que no tiene nada de qué arrepentirse. Sólo se le pediría que condene el hecho en sí : "Yo no lo maté, pero quien lo haya hecho cometió un crimen horrible".

Dejando de lado a los criminales terroristas, que salen de la cárcel "orgullosos" de las salvajadas y monstruosidades que han hecho, y por lo tanto con toda la intención de volver a cometerlas si se les presentara otra oportunidad, consideremos los delitos comunes más graves. ¿Es lógico que la sociedad permita que un violador regrese a las calles si continúa pensando que violar no está mal? ¿Es racional que un secuestrador sea liberado si sigue creyendo que encerrar y extorsionar seres humanos es un modo práctico y sencillo de obtener dinero? ¿No será que todos, jueces, fiscales, abogados y la sociedad en general, fijamos un plazo de condena y nos quedamos tan tranquilos, pensando que hemos pasado página?

Por supuesto, verificar la sinceridad de la condena al delito que expresaran los reos a punto de cumplir sus penas es tarea que correspondería a profesionales, que deberían analizarla en función de la conducta del encarcelado durante su período entre rejas.

Seguramente, la puesta en práctica de mi propuesta no sería sencilla pero, argumentando a su favor, puedo asegurar que de esa manera no hubiera sido necesario acudir a "interpretaciones judiciales creativas" para prolongar la prisión de un monstruo como De Juana. Mientras no condenara los 25 asesinatos ese sujeto seguiría muy bien encarceladito por los siglos de los siglos, estudiando enfermería, ayunando o comiendo jamón York. Y más de 40 millones de personas dormiríamos mucho más tranquilas...

Anónimo dijo...

Estimado Trajano, su particular visión del nuevo estado de derecho que propone, me parece altamente interesante aunque no por ello menos alarmante.
Indudablemente es una postura utópica por lo irrealizable, imposible de mantener un control fiable con los métodos de los que disponemos hoy en día y sobretodo duplicar alegremente la acción de la justicia. Pasaríamos de una primera decisión judicial a una segunda sentencia realizada por un tribunal psicológico que decidiera quien dice la verdad y quien miente. Más picaresca, más burocracia y más masificación en las prisiones.
Pero no nos engañemos, su exposición parte de una premisa desgraciadamente errónea. La prisión tanto para los reos como para la sociedad en general, no significa reinserción sino simplemente castigo. Es fácilmente observable que muchos presos salen peor de lo que entraron. En un mundo ideal, lleno de nobles sentimientos, no debería ser así, deberíamos poder reeducar con una cierta garantía de éxito y declarar la consecución de las políticas penitenciarias. Tristemente distamos en exceso de lograrlo.
Los jueces, el estado, se rigen por decisiones parametrizadas que se basan en la dupla causa-efecto y se “castiga” por lo que se hace, no por lo que se piensa. Cada cual en su fuero interno puede ser un terrorista sanguinario, un violador múltiple o un asesino en serie; pero mientras permanezcan esas tendencias como ideas de una mentalidad enfermiza no existe fehacientemente un problema jurídico. En cuanto se materialice alguna de esas aberraciones, la ley tomará cartas en el asunto y le aplicará el correctivo que merece.
Ir más allá, juzgar intenciones previas a la comisión del delito o intentar variar los pensamientos una vez cometido, son actos parcialmente loables. Pero que solo deben adscribirse (voluntariamente o no) al campo de la psiquiatría. Mezclar por medio la prisión solo nos hará caminar por las movedizas tierras de un estado semifascistoide, bienintencionado si quiere, pero donde el libre albedrío quedaría pisoteado sin posibilidad de recuperación.

De todas formas, amigo Trajano, poder debatir todo tipo de percepciones de la realidad, es un ejercicio altamente recomendable y por supuesto enriquecedor para el intelecto. Aunque no estemos de acuerdo en absoluto.

Anónimo dijo...

Lo siento sr Benjamín, no creo haberme saltado nada;más bien parece que ud no ha leido detalladamente mi comentario allí donde pongo: "...si llega el momento en que los vascos...".Si llega ese momento sr Benjamín, será, desde mi punto de vista, actuando de acuerdo con la ley que así lo permita (entendiendo como ud, que la actual legislación no lo contempla).Nada más.

En cuanto a lo suyo Trajano,me parece más de buena intención que de fácil aplicación (como ud mismo ya advierte).Es posible (como ya he comentado con anterioridad),que debamos plantearnos la posibilidad de un cambio de modelo.

¡Buen fin de semana!