Dos apuntes

Uno. Ya sé que, en general, los periodistas son analfabetos. Hablan y hablan sin saber bien de qué (no hay más que leer las crónicas de lo que está pasando en el Líbano), pero en fin, son un elemento necesario de las sociedades democráticas. Lo que me jode algo más es cuando le cogen el gusto a una muletilla y no la sueltan. Desde hace dos o tres años, no más, cuando llega julio y hace calor (¡menuda novedad, eh!), y las temperaturas están a más de treinta y cinco grados (quien lo diría, en julio y en Madrid más de treinta grados…), es que ha llegado la ola de calor. El concepto es estúpido. Hace calor en julio porque en julio, normalmente, hace calor, y por estas fechas en Badajoz pueden pasarse los cuarenta grados, y en Écija los cuarenta y dos. Incluso en mi siempre otoñal Sanabria, hasta los treinta y tres o treinta y cuatro.

Pero no, ahora todo es una ola de calor.

Y yo me pregunto. ¿Es sólo por moda?, ¿Es otra bobada, sin más, de los periodistas?, ¿O es por que interesa meter lo de cambio climático hasta en la sopa, dando la sensación de que esto antes no pasaba…?

En fin.

Dos. Los grandes centros comerciales no me apasionan. Siempre hay mucha gente, yo entre ellos, porque son lo más cómodo para comprar. Lo que sí que me gusta de ellos es que son empresas sin complejos. Llegas a Ikea y lo primero que ves es un cartel anunciando que no hay gente para informar porque eso sale caro y lo acabarías pagando tú. El otro día, en el Carrefour, tuvo lugar una revelación. Libros al peso. Sí, sí, como lo oyen. Es magnífico, cien gramos de Cela y cuarto quilo de Popper. Como no me pude resistir, compré, a ocho euros el quilo, 350 gramos de Las raíces del miedo y casi 400 de Dentro de ETA, ambos de Florencio Domínguez, un hombre sabio y sereno, que sabe mucho de la organización terrorista. También La ambición del amor, ya que el tema del amor romántico me interesa desde que se lo leí a John The Minor en su tésis.

PD 1. El tal Roca le gastó al Ayuntamiento casi novecientos mil euros en champán y vino francés. Con dos cojones