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7.8.25

Letras y Europa (I)

Aprovecho estos días de agosto para leer ejemplares atrasados. El número de Letras libres de mayo, por ejemplo. Sobre Europa, que para eso el día nueve es el su día. ¿Cuándo lo celebraremos?. Me gustó la idea de la némesis, en el artículo de Víctor J. Vázquez -el europeo como alguien "ingrato", pero me quedo en detalle con lo de tren que firma Isidoro Tapia. La idea es buena, y es de Judt: el tren trajo la modernidad al mundo occidental. Y esa idea, también de Judt, de que lo distintivo del mundo moderno no es "el individuo sin vínculos ni el Estado sin limitaciones. Es lo que hay en medio: la sociedad."

Entiendo el espíritu del artículo y lo que quiere transmitir el autor, pero no hacía falta la habitual francesada para referirse a la España de los siglos XIX y XX. Tiene razón el autor en que "Construir de forma eficaz una red de ferrocarriles requiere combinar varias cosas: movilizar grandes inversiones, aplicar técnicas innovadoras y un cuidadoso ejercicio de planificación. Es decir, finanzas, ingeniería y regulación" Pero de ahí a afirmar que "Exactamente todo lo que España nunca tuvo en el siglo XIX (ni en la mayor parte del XX)" va un doble salto mortal con tirabuzón de la que el autor no sale bien parado. Que la España de la modernidad no fuera Francia ni Alemania, no significa que fuera Biafra o Namibia. Claro que había un Estado, claro que había finanzas y claro que había regulación. Que no fueron punteros no significa que no existieran.

En fin, me gusta del autor la caracterización de las sociedad: "Judt tenía razón: mientras la sociedad medieval era fundamentalmente local, autoabastecida de bienes producidos en el entorno, el tránsito hacia la sociedad moderna, interconectada, arranca precisamente gracias a la nueva dimensión del tiempo y la distancia que trajeron los ferrocarriles. El Spanisch Brötli, como el pan sevillano y tantos otros productos, dejaron de ser locales para convertirse en bienes de consumo. Había nacido la sociedad moderna.

Interesante, es bueno leer cosas que no compartimos en su totalidad

  

26.5.25

En lucha por el ferrocarril

No se juntaba tanta gente en la mi tierra desde el siglo XVI. Casi cuatro mil personas en el PAET de Otero para defender las frecuencias mínimas para poder utilizar el tren. Inquietud en Portugal. Una decisión política del ministro-matón para el acalde-decrépito. Y RENFE se limita a decir "hágase."

Pero les está saliendo mal. No se puede apostar -de manera pomposa- por el reto demográfico y luego hacer estas cosas con alevosía y estivalidad

Les va a salir mal. 

15.5.22

Madrid se va (VI)

La vieja estación del Norte. Me pasa un poco como a Nieto, que el otro confesaba que vive en el siglo XIX. A mí la estación me suena a la estación por la que salieron Sagasta y otros líderes de la sublevación de San Gil en junio de 1866. Hasta que no estuvieron fuera del país no se les condenó a muerte. 

Bueno, que me lío, el caso es que ahora la vieja estación se transforma un hub de música: estudios de grabación, espacios de cocreación, y todo ello disponible las 24 horas al día en The Music Station.  

Ciudades creativas, las llamó Richard Florida, mientras Madrid se va...


3.9.21

¿Es tan difícil?

La cultura de RENFE, el operador ferroviario dominante y que se sienta en la misma mesa ministerial que el regulador, es una cultura tan trasnochada que asusta. Un sistema tarifario incomprensible y pocos incentivos para darle aire a los destinos intermedios, como la mi Sanabria. Lo contaba bien el de las cuatro libertades al principio del verano en su columna de VozPopuli: la clave es llevar a mucha gente, merluzos.

4.8.21

Mensaje para los paletos que se quedan mirando como las vacas al tren

No paro de leer en la prensa de pueblo titulares alarmantes y noticias críticas con la nueva estación de tren de la tierra sanabresa. Es bueno explicarle a esta gente, que no sale de tuiter ni de la aldea, algunas cosas básicas sobre la estación Sanabria AV, mientras están en el bar riéndose del titular y de la genética burricie espanyola:


  • El origen de la estación tiene un componente técnico insoslayable. Dada la distancia entre Zamora y Orense, era necesario poner un PAET (Punto de Adelantamiento y Estacionamiento de Trenes) a la altura de Sanabria. Una PAET supone una infraestructura dotada de al menos andenes, accesos e iluminación. La lucha durante décadas fue convertir ese PAET en una estación -sólo había que construir la caseta, para entendernos, ya que el resto de gasto había que hacerlo hubiera o no estación-. Una caseta cuyo coste ha sido inferior al medio millón de euros, por cierto.

  • La estación es fruto de la vindicación de una comarca, capitaneada por el magnífico alcalde de la Puebla, el socialista Pepe Fernández, y de la sensibilidad que en su momento tuvo Ana Pastor para no ceder a los cantos de sirena de la hoja Excel y cerrar un  proyecto que aún no había nacido. Y no es un tren sólo para Sanabria, en el norte de Portugal están entusiasmados con el servicio que prestará la estación 

  • Los trenes, por lo tanto, en caso de no parar, no reducen velocidad al pasar, por lo que la estación no supone una merma de tiempo para el tráfico ferroviario hacia el noroeste. En la estación de Lérida, por ejemplo, la diferencia entre parar y no parar retrasa quince minutos el trayecto a Barcelona….

  • En esta estación ahora mismo no para ningún AVE; y es posible que nunca lo haga. Al igual que en otras estaciones de ferrocarril que dan servicio a la red de alta velocidad, sus “clientes” serán los Alvias o incluso los Altaria. 

  • Y un último criterio, ya de justicia. La mejora de la red ferroviaria española no puede hacerse a costa de dejar sin servicio a los lugares que ya disfrutaban de ese servicio. La apuesta por la España olvidada es dotarla de servicios, no quitárselos.


Pues eso…

28.1.20

Los trenes

En breve se abrirá la vía de alta velocidad entre Zamora y Sanabria, acortando en casi una hora el trayecto entre Madrid y La Coruña. Para que la tierra sanabresa no se queda aislada, habrá un apeadero en Otero, una pequeña localidad ubicada a unos cuatro quilómetros de la Puebla de Sanabria. Allí pararán alvias, por cierto, no Aves, así que tranquilos todos los que creen que invertir fuera de Madrid y la costa es un gasto inútil. El estado de las obras entre Pedralba (Sanabria) y Orense capital, en este fantástico vídeo, a ojo de dron, realizado por la gente de La Región:


16.3.18

La movilidad como derecho

La estación de Sanabria será una estación de tren, no de alta velocidad. Criticarla por estar ubicada en un pueblo de veinte habitantes, es como decir que el aeropuerto de Barajas, con sus cuatro terminales, se ha hecho para dar servicio a un pueblo de unos cuarenta mil habitantes...

La movilidad es un derecho de los ciudadanos, y ese es el único enfoque válido, desde mi punto de vista, cuando analizamos las polémicas sobre los ferrocarriles públicos. Vertebrar el territorio y garantizar los derechos de los ciudadanos...


26.11.17

Viajar en tren

Lo de Extremadura clama al cielo. Así que hacen muy bien en protestar. Sin ferrocarril no hay comunicación digna de tal nombre. Y sin comunicación no hay progreso. Y es en sitios como en Extremadura donde el Estado ha de garantizar buenas comunicaciones. En fin...

2.12.16

¿Una estación de AVE?

El periodismo de kalidá lleva días titulando / clamando, con un palillo en la boca y mientras pela la gamba en la barra de un bar, contra la dizque estación de AVE en un pueblo sanabrés de cuarenta habitantes. A veces no sé si es la pereza, o si es directamente la crisis, pero el nivel del tratamiento de algunas noticias es lamentable. Para quien quiera entender lo que pasa, ni los políticos se han vuelto locos ni en ADIF han hecho un sorteo y les ha tocado el gordo a los sanabreses.

No es una estación de AVE igual que no hay un AVE Madrid-Sanabria. Es una estación de ferrocarril, que vendrá a sustituir a la actuación estación de la Puebla de Sanabria (ubicada a unos cinco quilómetros) y en la desde hace años que paran a diario varios trenes Alvia de los que hacen el recorrido diario entre Galicia y Madrid en ambos sentidos. Habida cuenta de que la estación de la Puebla está en una zona por la que no pasa la nueva vía se optó, con buen criterio, por hacer una nueva para no dejar sin servicio ferroviario a los habitantes de la zona, una de las más pobres y despobladas del noroeste español, por cierto. 

Hay que ser muy zoquete para pensar que se hace una estación para un pueblo. ¿Acaso el aeropuerto de Barajas sólo da sentido al viejo pueblo de Barajas? Esta estación dará servicio a todo el noroeste zamorano, al norte de Portugal y al sur de León. El propio gobierno local de Braganza confía en que la estación permita incrementar el nivel de relación entre las dos partes de La Raya. 

En fin, ya sé que vivimos en el mundo de tuiter y de la inmediatez, pero un poco de rigor, hombre. Y más de cinco minutos para redactar una noticia. El tren articula territorios y permite equilibrar desarrollos, por eso es público y por eso las políticas de desarrollo de infraestructuras son públicas, e invierten donde es necesario, no sólo donde es rentable.. Condenar a una zona a quedarse sin transporte rápido a Madrid sólo porque hay que hacer una nueva estación es profundamente injusto. Es decir, que como hay AVE a Galicia los de los puntos intermedios que se jodan. Pues no señor. España no es solo sus zonas urbanas, aunque haya personas en Madrid a las que les cueste creerlo. 

Y si lo es, que nos lo digan pronto, cerramos el país y todos a Madrid....


9.4.16

La misma gente...

La misma gente que dice que el gasto publico en infraestructuras es tremendo, que hay que ver, ¡una estación de tren en Sanabria!, o ¡un ave a Zamora!. La misma digo, se gasta todo lo gastable en proyecto que no llegan a ningún lado. Pero el problema, claro es que en Zamora la gente quiera tren para ir a Madrid. 

Muy buena la reflexión de Barcepundit a este respecto. 


22.4.15

A vueltas con el AVE (III)

El territorio, decíamos. El error fue apostar por la Alta Velocidad, ¡ay esos partidos en los palcos de primera división y el poder de las constructoras!. Es posible que en muchas líneas hubiera bastado con modernizar las líneas para que los trenes alcanzaran simplemente el entorno de los 200 quilómetros por hora. Pero no, como llegamos tarde, llegamos a lo bestia. Trenes a 300 por hora en todo el país. Y, además, priorizando aquellos espacios donde el tren no era tan necesario: ya era fácil y cómodo llegar a Valencia por avión desde Madrid o desde Barcelona. Donde es necesario el AVE es donde más está tardando en llegar, en sitios como Extremadura, por ejemplo, o como Murcia. 

El drama del AVE es que sustituye a las vías convencionales, dejando a muchos lugares sin ferrocarril. Ahí tenemos el ejemplo de la mi tierra sanabresa. Luchando porque no desaparezca la proyectada estación de tren. Una estación que da servicio al corredor Braganza - La Bañeza. Si no la hacen, en Sanabria ya no habrá tren, ni para ir a Galicia ni para ir a Madrid. No es un parada de AVE lo que demandan (demandamos), es una parada de tren. Simplemente eso. Una parada en la que paren algunos de los trenes que hacen los trayectos entre Madrid y Galicia. España no es sólo Madrid y las costas. Aunque esto a veces sea complicado de entender cuando tu mapa mental es el ministerio de lunes a jueves y los viernes a la playa. 

En fin. 

17.4.15

A vueltas con el AVE (II)

El sistema ferroviario español de hace veinticinco años era tremendo. Ahora ya no nos acordamos. Un sistema que no se sostenía y que no garantizaba la movilidad de los ciudadanos a lo largo del territorio. El gobierno hizo una apuesta por la alta velocidad que, en aquel momento tenía todo el sentido. Y lo hizo con ese plus español de que (Fernández Ordóñez dixit) "llegar tarde a todo, pero llegar a lo bestia".

Aquella apuesta partía de la consideración de que la historia nos ha enseñado que los ferrocarriles no son rentables, y por eso son públicos. Y no son rentables, entre otras cosas, por el alto coste de funcionamiento y mantenimiento de la infraestructura (entre 100 y 200 mil euros por quilómetro y año), tal y como apuntan desde FEDEA.

Es una cosa de teoría económica tan básica que da pereza repetirla: el Estado asume cosas que consideramos buenas para todos (la sanidad, la defensa...) y que no pueden ser sostenidas por los mercados. La clave es quién considera que esas cosas son buenas. Y ese quién, no es desde luego ni un nacionalista catalán al que le importa una higa que en Mérida haya tren, ni un economista con sus hojas de cálculo delante. Son los ciudadanos, y lo son a través de sus representantes, los que deciden qué cosas deben ser consideras públicas y cuáles no. Y lo deben ser asumiendo, claro está, que el presupuesto es una manta corta y que se si dedicas mucho dinero a cubrirte los pies, te dejarás la cabeza al descubierto... 

24.5.13

Cerrando el ferrocarril


Pero en efecto, hay otro factor a tener en cuenta en el caso del aterrador cierre del tren que une La Puebla de Sanabria con Valladolid y que yo tomaré esta tarde por última vez. El uso de la infraestructura. Los ciudadanos no se dan cuenta de que si los derechos no se ejercen, el poder se los acabará limitando. O suprimiendo. ¿Pero cómo explicar esto en un país de free-riders dónde todo el mundo cree que robar al común es éticamente aceptable.

A veces tengo la sensación de que predico en el desierto, es verdad. Pero no me canso de repetirlo: es importante usar los transportes y los servicios públicos en sitios rurales y periféricos porque sólo el uso legitima su defensa: no hay que desviar el correo a Madrid, porque algún día no habrá cartero. Hay que hacerse usuario y utilizar de manera habitual la biblioteca local,  darse de alta como residente temporal en el Servicio de Salud…

A mayores, pienso lo mismo con los servicios privados. Me parece lamentable (desde el respeto moral, está claro) esa opción de ir con el coche cargado desde la ciudad. El comercio mantiene la vida de estos pequeños pueblos. Son más caros, claro que son más caros: ¿De verdad alguien piensa que un pequeño comerciante tiene la opción de comprar la mercancía al precio al que lo hace Carrefour?

Cuando uno se acostumbra a vivir en la renuncia, en la miseria, acaba viviendo con miedo. Ya nos lo enseñó, yo era aún un niño, Roy Battly, una madrugada lluviosa en Blade Runner:



Vivir con miedo. 
En eso consiste ser esclavo. 

23.5.13

Más sobre el ferrocarril


El sábado hablaba con Mi Coronel del tren. Es hombre cabal y me planteaba objeciones de libro a mi protesta contra el cierre del ferrocarril que une la Puebla de Sanabria con Valladolid pasando por Zamora: poco uso, escasa rentabilidad incluso social. Ayer almorzaba con el amigo Kantor y, ante el cocido barandalero, me hacía objeciones similares: coste por viajero, la inutilidad de contabilizar el coste de una infraestructura una vez que está hecha…
Ambos tienen razón. Pero mi cabreo no viene por eso. Mi cabreo viene por la falta de equidad. Por el desigual tratamiento. Si hay que medir el coste, que se mida. Pero el de todos. Y todos los costes, no sólo el de la ratio ingresos viajero: también la pérdida de puestos de trabajo que genera la competencia desleal y subsidiada de la Alta Velocidad. Y es que uno levanta la vista y sólo alcanza a ver desesperación. Pura y dura. Ya no son los más de mil ochocientos millones de euros de desvío en la obra del AVE a Barcelona (localidad unida con Madrid por un puente aéreo que era un ejemplo para todo occidente), o las estaciones fantasma por las que nunca pasa nadie. Son las autopistas radiales. Claro que estaban infladas las cifras de la previsión de viajeros. Pero no pasa nada. No se cumplen y que pague el contribuyente. Autopista mala. Banco malo. Aeropuerto malo. Ese capitalismo español. A veces, tengo la sensación de que aquí el único que se ha jugado su dinero para crear una empresa he sido yo.

Pero cuando llega la hora de cortar por lo sano, el Estado sólo se atreve con los débiles. Con los que no se pueden defender. Con los lugares periféricos, donde no queda ya ni la sombra de los árboles bajo la que esperar el final. Lugares llenos de lluvia amarilla, donde la ciudadanía va desapareciendo porque ese espacio de solidaridad que nos dijeron que era el Estado nunca ha llegado a estar presente. Y mientras razono las atinadas críticas de mis interlocutores, no dejo de pensar en aquella coda con la que se cerraba una canción de los roqueros de Salvatierra: “mala es esta justicia, si por lo que a unos premia, a otros se los castiga”.

22.5.13

Cuando RENFE se pone a ser eficiente (o fuerte con los débiles...)


Nos cierran el tren. El Valladolid - Puebla de Sanabria.

Los tal INECO (otro ejemplo palmario de competencia desleal en este país de estanquitos y prebendas) han hecho un estudio desde un despacho. El estudio compara el número de viajeros con lo que cuesta el trayecto. Es un cálculo vago, con una Excel delante y dos becarios detrás, realizado desde el Paseo de la Habana. Sólo me fío de las estadísticas que yo mismo he manipulado, dicen que dijo un día Churchill. Ya me gustaría a mí que se hiciera un estudio similar con todas las vías. Y teniendo en cuenta, claro, el coste de amortización de la infraestructura. Íbamos a ver cuántos AVE quedaban abiertos. ¿O es qué no computamos el coste final del AVE a Barcelona ? ¿O no tenemos en cuenta que para ir a Valencia ya había un sistema privado de aviones que tardaba lo mismo que el tren? ¿Computamos también en estos brillantes análisis y dentro del coste del AVE a Málaga el dinero que empresas privadas de avión o autobús pierden por el servicio que en clara competencia desleal presta Renfe?

La respuesta es no, claro que no. Renfe pierde dinero pero la culpa es de los servicios como los de la Puebla de Sanabria. Unos setecientos mil euros al año. Un dineral. Sin duda. Pero claro, la cifra en sí dice poco. Hay que poner en contexto. El Estado sólo se pone eficiente cuando habla con la España rural. La que no se defiende. La que no sale en la tele. La que no tiene voz. Se suprime el Valladolid – Zamora porque ya hay  una oferta muy importante de transporte por carretera. Por ese mismo argumento supongo que mañana anunciarán que se suspende el Madrid - Toledo, cuya frecuencia de autobuses es muy superior a la otra y en la que cada viajero recibe un generoso subsidio por parte del contribuyente. 

A mí se me ocurren más propuestas. Cerremos los pueblos. Todos. No son eficientes desde un punto de vista económico. Y vayámonos todos, yo el primero, a vivir a un gran Madrid que agrupe en unos meses a cuarenta millones de personas. Pero si nos vamos a poner tan finos con la eficiencia, también se me ocurren más medidas de ahorro: cerremos los hospitales públicos, todos pierden dinero. Cerremos las universidades públicas, todas pierden dinero y ninguna merece la pena. Cerremos el ministerio de fomento, un escándalo histórico de mala gestión, con sus jefes de obra viviendo como reyes a cuenta de los contratistas, con sus comisiones (231.000 googles, nada menos) y sus desvíos inexplicados al final de la obra…

La pregunta al final es: el Estado defiende a los ciudadanos y el Estado nación, a mayores, se articula como un espacio de solidaridad. Si el Estado deja de facilitar a la ciudadanía el ejercicio de derechos y deja de funcionar como un espacio de solidaridad,

¿Para qué lo queremos?
¿Sólo para que haya abogados del Estado haciendo carrera política?

Como dicen los de FEDEA en un artículo magistral: “Todo parece indicar que dejando el coste de la inversión de lado, es prácticamente imposible conseguir beneficios de la explotación de la red (de Alta Velocidad) sin ayuda de subsidios, dado el alto coste de funcionamiento y mantenimiento de la infraestructura (entre 100 y 200 mil euros por kilómetro y año). Tal y como Albalate y Bel (2011) afirman “Las tarifas difícilmente permiten recuperar incluso los costes variables en el AVE, lo que explica la importancia de los subsidios públicos otorgados en España. Incluso asumiendo una tarificación que permita recuperar todos los costes variables, y para proyectos con una demanda que duplique la del Madrid-Barcelona, serían necesarios subsidios por valor de la mitad del coste marginal.” (del post A ninguna parte, pero en Alta Velocidad, publicado el ocho de enero)

16.1.13

La clave está en las preguntas. Siempre


Llevo años haciéndome preguntas. 

Casi nunca encuentro las respuestas, lo que debe ser señal de que las preguntas están bien formuladas. Algunas de ellas están relacionadas con las infraestructuras. Será que me marcó aquello que le oí una vez a PacoOrdóñez: “los españoles llegamos tarde a todo, pero a lo bestia”. ¿De verdad sólo me extrañaba a mi que tuviéramos más quilómetros de AVE que Francia  o Japón? ¿De verdad hacía falta una infraestructura pública y costosa para unir Madrid con Barcelona cuando el Puente Aéreo cumplía esa función a coste casi cero? ¿No sería más lógico que los AVE llegaran a lugares donde no había otra forma de llegar y existía una economía que dinamizar?, ¿Tiene sentido un tren tan rápido para unir ciudades como Madrid o Valencia?. ¿Es que entre tardar cinco horas en llegar a Sanabria en tren y tardar una hora y veinte no había ningún término medio?

Con estas respuestas aún sin responder ya se imaginará, desocupado lector, cuánto me ha alegrado leer el post que la gente de FEDEA ha dedicado al tema con el sugerente título de “A ninguna parte, pero en Alta Velocidad”.

PS: mañana a las siete y media en el Colegio. Tiene muy buena pinta. No se lo pierda.

27.9.12

Llegar en AVE a una facultad de 1970


El meu amic Roger em va convidar a su Facultad. A dar una clase. De vuelta a la Uni. La entrada en el aula y un primer vistazo me conmueve. No hay pizarras digitales. No hay proyectores para conectar a un ordenador que tampoco existe. Sigue habiendo un retroproyector de transparencias, como había en 1993, cuando entré en la Facultad como estudiante.

Intento concentrarme en mi charla pero no dejo de pensar en los cientos de quilómetros de carreteras que se han hecho estos años en la Comunidad de Madrid. Y en los quilómetros de metro.  En la cantidad de infraestructuras redundantes que nos convirtió en un país cuya unidad de cuenta era el cemento. En el poder que aquí llegaron a tener las grandes constructoras para decidir donde se iba el dinero de nuestros impuestos. Y mientras tanto, para la educación superior, nada.

La hoja de firmas es a mano. Se pasa lista como cuando yo iba al colegio. Los alumnos, que están ya en segundo de sociología, no sólo no han abierto SPSS en su vida, sino que ni siquiera saben lo que es.

Tanto metro, tanto AVE y tanta hostia, y nuestras aulas siguen detenidas en los años setenta del siglo pasado.

¿Y de verdad pensábamos que así íbamos a algún sitio?

27.7.12

Regalo, viajero, de viernes

Para disfrutar. 

Ya le hablé hace años, desocupado lector, del magnífico documental sobre los carrilanos; aquellos que, como muchos en el mi pueblo, construyeron el ferrocarril entre Zamora y Orense. Aquellos que murieron del mal de la vía. Aquellos que hicieron que el pueblo de Requejo pasase a ser conocido durante años como Requejo de las Viudas. No les hablé de ese padre que, con catorce años, va andando con su primo Antonio hasta la vía, más de diez quilómetros, para ganar algo de dinero que llevar a casa. Era invierno y nevaba. 
Aquella España. La que enviaba a sus hijos a trabajar en vez de mandarlas a la escuela...

Ahora el documental está disponible, entiendo que de manera legal, en la red. Pinchando aquí puede verlo. No deje de hacerlo. Es una historia y, como todas las historias que son verdad, es una historia triste, como hubieran cantado los suaves.
De nada.

PS: día viajero. O a Boston, o a California...

3.5.11

Volviendo desde el oeste

El tren. Esa forma civilizada de viajar. No hay color, desde luego. Lo coge uno en la estación de la Puebla, ese edificio cargado de historia. Y de recuerdos. Aún me parece ver a Paco sirviendo el café, como tantas otras veces. Llega silencioso. Y abordamos en seguida la Sierra de la Culebra. Quizá la frontera más pobre de toda la Europa occidental. Desde luego, la más desolada. Y probablemente la más despoblada. Miro por la ventana mientras escribo. Aquí no hubo nada. Nunca. Queda poca memoria, pero es fácil hacerse una composición de lugar. Esta fue la tierra de los sappis. Quizá también de la legendaria Sabaria. Culturas castreñas. También los zoelas. Quizá ubicados en la Peña Surrapia. Y llegó Roma. Pero aquí dejó poco. No hay más que ver el paisaje. Aquí no había nada que conseguir: ni t. Y los inviernos eran duros. Hasta muy tarde aquí debió de haber un sistema castreño, dominado desde la Puebla, con castros secundarios, como el de Avitiello, y escasa población en el valle. Muy escasa. Llegaron los bárbaros, pero tampoco debieron quedarse mucho aquí. Aunque, ahí está Armsiende para demostrarlo, dejaron sus nombres. Y quizá una forma de ver la vida. Y llegó la repoblación. Aquí es fácil seguirle las huellas, venían de Castilla, de Asturias, del valle del Limia. Algunos se debieron de agrupar por oficios, como los que trabajaban el cobre. En otro sitios, en fin, como demuestra la hagiotoponimia, los lugares fueron cristianizados sin más: San Román, Santa Colomba, San Criprián, San Justo

Es esta una tierra pobre, alfombrada de brezo, en la que no es que ahora haya despoblación. Es que aquí nunca vivió nadie. Va cayendo la tarde. El ferrocarril encara ya terrenos más llanos, cerca de la ciudad de Zamora. Un viaje elegante, con esa luz que se filtra por la ventana…



PS: Luis Alberto de Cuenca escribió «Para eso están los clásicos: / para aceptar la casa sin ventanas / en que vivimos, por inhabitable / que nos parezca, y para descubrirnos / qué pasa en nuestra alma, qué se cuece / en nuestro desolado corazón»

27.1.11

Haber sido arquitecto...

Hubiera sido arquitecto. Quizá si hubiera sido más constante. Quizá si hubiera nacido en otra época, o en otro mundo. Quién sabe.

Hubiera sido arquitecto. Me doy cuenta cuando veo edificios o formas que me fascinan. La manera de ocupar el espacio. La manera de jugar con la luz. Con las formas. Me volvió a pasar. En Málaga, en la María Zambrano. Esas cubiertas decimonónicas de metal. La arquitectura del hierro. La simetría de las formas. El juego de luces. Hay objetos sobre los que la vista se recrea como lo hace sobre el cuerpo de una mujer: las curvas, las rectas, las suaves ondulaciones…

Está claro.

Hay algo en nuestra forma de mirar que da vida a las cosas que miramos.


PS: Jesús Hilario Tundidor escribió: "Como esta tierra puesta / al sol, al aire, a la mañana. / Es nuestra vida, / Mas, ¿quién llueve, quién es el que deshace / la esperanza de junio?"