Al hilo de los terroristas ejecutados al final de la dictadura franquista, esto de Josu de Miguel: "Advierto que yo no debo nada a Txiki y Otaegi. Tampoco a los miembros del FRAP. Fueron víctimas de un Estado donde se celebraban juicios militares sin garantías procesales y donde un Gobierno no democrático había retomado la pena de muerte para insuflar miedo a la sociedad. El franquismo acabó como empezó. Pero como reconoció el Gobierno vasco de Patxi López en 2012, Txiki y Otaegi fueron víctimas y victimarios. El primero, junto a un comando, acabó con la vida de José Díaz Linares y tras un atraco e intercambio de disparos en Barcelona mató a Ovidio Díaz. El segundo participó en el asesinato de Gregorio Posada."
Posada Zurrón, por cierto, era zamorano, del valle de Vidriales y tenia dos críos, de cuatro y seis años. Dos niños que crecieron sin padre porque unos paletos se creían con el derecho de matarlo. No les gustaba su profesión. Otaegui fue el chivato que facilitó la información a los asesinos...
No nos confundamos