Miguel Maura, asegura Cañellas, se sintió vejado por el monarca durante la dictadura, ante los problemas que atravesaba el Banco de Castilla. A la muerte de su padre, Gabriel, su hermano mayor heredó el capital político y el pasó a volar por libre, evolucionando hacia el republicanismo.
Intentó pactar con la izquierda republicana una República de orden, que dejara fuera a ambos extremos. Pero era difícil; ni ayuda el contexto, ni ayudaba esa izquierda burguesa, resentida y obnubilada por la izquierda más extrema. El problema de fondo es que todos ellos, como señala el autor, concedieron "a la República categoría de régimen político cuando, en estricta puridad, se trataba de una forma de Estado."
La exigua derecha que había en las constituyentes lo intentó, pero la izquierda hizo una constitución excluyente (República de trabajadores) que la enemistó con gran par de la sociedad, como se vio en las elecciones de 1933.
En fin, un buen libro, que ahonda en el personaje y sus contradicciones. Maura regresó a España en 1953 y abogó por una monarquía muy diferente a la de 1930. Murió en Zaragoza pocos años antes de la proclamación de Juan Carlos como rey de todos los españoles.